domingo, 21 de diciembre de 2014

LITERATURA FANTÁSTICA Y LITERATURA HOMOSEXUAL

He encontrado dos libros dedicados a explorar y analizar la literatura homosexual y que mencionan la obra de autores que se han dedicado a la literatura fantástica.

Tema y Variaciones de Literatura es una serie de libros publicada por la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana. El número 17 de la serie (que apareció a finales del 2001) se dedicó a la Literatura gay.
Ensayos, reseñas, cuentos y poemas integran este libro.


Angélica Tornero, en su ensayo “Literatura homosexual”, escribe que la obra teatral El tercer Fausto de Salvador Novo, es considerada por algunos críticos como la primera que trata el tema de la homosexualidad. Tornero continúa diciendo que la segunda obra en este sentido es Invitación a la muerte (1943) de Xavier Villaurrutia, esta obra se estrenó en 1947. Otras obras son Signos del zodiaco (1951) de Sergio Magaña y Cada quien su vida de Luis G. Basurto, obra estrenada en 1955. La primera novela de tema homosexual escrita en nuestro país es El diario de José Toledo de Miguel Barbachano Ponce, escrita en 1962 y publicada en 1964. En 1969 José Ceballos Maldonado publica Después de todo, y en 1974 el libro de cuentos Del amor y otras intoxicaciones. El tema sería abordado también por autores como José Revueltas, Juan García Ponce y Sergio Pitol, entre otros.

Otro autor mencionado (evidentemente no podía faltar) es Luis Zapata. Su primera novela se llamó Hasta en las mejores familias (1975). Pero es hasta 1979 cuando aparece El vampiro de la colonia Roma, obra con la que obtuvo el Premio Juan Grijalbo.

Tornero continúa con otros autores hasta llegar a Arturo César Rojas. Escribe Tornero: “En 1983 se presentó la primera y única novela de ciencia ficción homosexual llamada Xerödnny: Donde el gran sueño enraíza, de Arturo César Rojas, con el seudónimo de Kalar Sailendra”.


Arturo César Rojas también es autor, entre otras historias, de El que llegó hasta el metro Pino Suárez, Aztlán: historia verdadera de la conquista de los reinos bárbaros de Europa y La risa divina.


En el número cinco del Fanzine ¡Nahual! (abril de 1997) apareció la historia Aztlán de Arturo César Rojas

Tornero no menciona a Gabriela Rábago Palafox.

En 1977 la revista Ciencia y Desarrollo (del Conacyt) comienza a publicar relatos de ciencia ficción, en 1983 publican la obra de un autor mexicano: La tía Panchita de Antonio Ortiz. En 1984 Ciencia y Desarrollo publica la convocatoria del Primer Concurso Nacional Puebla de Cuento de Ciencia Ficción. El primer cuento ganador fue La pequeña guerra, del periodista Mauricio-José Schwarz.

Gabriela Rábago Palafox obtuvo el premio Puebla en 1988 por su relato Pandemia (fue la primera mujer en ganar dicho premio), y en esta obra se ocupa de la homosexualidad, el SIDA, la ignorancia y los prejuicios; pero también se ocupa de la forma en que los activistas hacen frente a la homofobia y a la falta de información.

Más Allá de lo imaginado fue la primera antología de ciencia ficción mexicana. ¿Hay algo que pueda diferenciar la ciencia ficción que se escribe en México de la que se escribe en otros países? En la introducción, Federico Schaffler afirmaba: “Además, hay una tendencia muy clara que debe enfatizarse, los autores nacionales, como muchos latinoamericanos y tercermundistas, toman la ciencia ficción como fondo para presentar historias de reacción humana ante la tecnología y lo inexplicable. Esta ciencia ficción muy propia de nosotros y difícilmente encontrable en la producción comercial mundial, es lo que puede caracterizar y darle validez al autor mexicano”.

En el primer volumen de esta antología, publicada en 1991 por el Fondo Editorial Tierra Adentro, aparecen historias de Juan Armenta Camacho, Adriana Rojas Córdoba, Mauricio-José Schwarz, Arturo Arredondo, Gabriel Trujillo, Guillermo Farber, Gerardo Horacio Porcayo, Rodrigo Madrazo, Juan José Morales, Irving Roffé, Federico Schaffler, Arturo César Rojas y Gabriela Rábago Palafox.


Sobre Gabriela Rábago, Schaffler escribió que “se caracteriza por su limpieza al escribir, por el uso adecuado de términos, situaciones y pasajes, así como por la libertad con la que toca temas como el SIDA, cristianismo y otros ‘delicados’ para muchos”. Y es que Rábago Palafox participó con una historia titulada Resurrección. En dicha historia la autora nos transporta a un mundo en el que ya no existe el cristianismo.

Gabriela Rábago también es autora de las novelas Todo ángel es terrible, Federico, y La muerte alquila un cuarto, así como de los libros de cuentos La señorita y La voz de la sangre.

Gregory Woods es el autor del libro Historia de la Literatura Gay (publicada en el 2001 por CONACULTA, y que el interesado puede encontrar en la Biblioteca de México “José Vasconcelos” con la clasificación 809.93353 W66 H57). Woods se ocupa de la literatura gay masculina a través de lenguas y culturas desde la Antigüedad hasta el presente. En su libro encontramos diversidad de épocas, temas (adolescencia, masturbación, cómo tratan el tema autores no homosexuales o bisexuales, etc.) y escritores.


Hay una parte en la que escribe sobre la literatura fantástica:

“Hoy existen muchas alternativas a las normas heterosexistas de la novela popular. Muchos de los más famosos narradores de tipo popular son gays o lesbianas, cosa que no suele decirse a menudo. Los importantes nombres de Ursula Le Guin, Samuel Delany y Clive Barker son los primeros que vienen a la mente. Dhalgren (1975), de Delany, y sus cuatro Neveryon (1979, 1983, 1985, 1987) tienen no sólo personajes destacados que son bisexuales o gays, sino también los complejos resultados de las meditaciones del autor sobre el posible futuro y sus formas, del papel de los géneros y de las orientaciones sexuales. Sus propias experiencias personales como homosexual afronorteamericano influyen claramente en la profundidad y extensión de su interés por culturas e individuos sexual y racialmente marginados. La fácil adaptación que la ciencia ficción permite de los grandes temas es utilizada por Delany en una serie ampliamente concebida de análisis de los fracasos de la heterosexualidad y del vigor de la homosexualidad.”

Woods se extiende sobre Clive Barker. Entre otras cosas, afirma que Barker es uno de los autores gays más vendidos en todo el mundo, y que aunque no escribe ni publica como autor homosexual, no oculta su orientación, de manera que ha dado entrevistas a revistas dirigidas a un público homosexual y ha realizado lecturas en librerías gays.

Sin embargo, en cuanto a cine se refiere, Woods dice que la obra de Barker no ha contado con afortunadas adaptaciones, antes bien, ha sido deformada:

“ha tenido que resignarse ante la terca negativa de los productores a agitar la tranquila superficie de la complacencia de su público –que acepta escenas incluso del más extremado horror- a tratar cuestiones sobre los valores sexuales. Como mucho antes Tennessee Williams, Barker ha visto su obra mutilada una vez llevada a la pantalla. Así, por ejemplo, la narración corta Cabal, que su autor reconoce sin problemas que se trata de una alegoría homosexual, pasó al cine en 1989 con el título de Nightbreed. Los monstruos de la historia, los breed, fueron considerados por el productor como ‘demasiados simpáticos’. Como consecuencia, las ambigüedades morales del texto original tuvieron que desaparecer para dar paso en la película al habitual conflicto entre el bien y el mal.”

¿Cuál es la diferencia entre los escritos de Barker y los de Stephen King? El mismo Barker ofrece la respuesta (que –evidentemente- se relaciona con su orientación sexual):

“Mis libros son totalmente diferentes a los de James Herbert y Stephen King. Los suyos están orientados hacia la muerte, los míos hacia la vida. Yo escribo acerca de las cosas raras que se ven con el rabillo del ojo, esperando que ocurran aventuras reales. James Herbert y Stephen King quieren sangre. Sus libros tienen una mentalidad burguesa, que se manifiesta en la idea de que si algo es raro, dispara. Sienten terror ante la diversidad y piensan que si algo es diferente, pertenece al lado oscuro; si algo es diferente, hay que acabar con ello. En todos sus libros se apoya el statu quo. Profundamente conservadores.”

Barker abunda en la afirmación de que sus libros se orientan hacia la vida: “Me encanta escribir sobre el sexo –heterosexual, gay-; es muy divertido escribir acerca de su belleza y muy divertido el practicarlo. No debemos entregarnos al pesimismo. Debemos seguir celebrando el sexo. Hay que resistir con todas nuestras fuerzas a la huida de la sensualidad.”

¿Considera Barker que su orientación sexual le ayuda a ser creativo? La respuesta es afirmativa: "pienso que como gays tenemos más espacio para soñar." A lo que Woods añade: "lo que sin duda constituye un gran don para un novelista de lo fantástico."

Al final de esta sección, Woods afirma que la literatura homosexual se ha enriquecido con la existencia de autores homosexuales (hombres y mujeres) que escriben historias de detectives, de ciencia ficción y de terror, además de historias románticas. “Sin duda, esta deliberada apropiación de los diferentes tipos de literatura popular ya posterior a las luchas de liberación gay demostrará un día que fue uno de los más logrados productos, incluso uno de los más útiles, de la propia liberación gay.” 

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