viernes, 1 de septiembre de 2017

Más sobre el "desarrollo de la heterosexualidad"


Las siguientes líneas fueron mi comentario a la publicación de la Clínica VenSer.

Y de igual forma, ofrecer falsas esperanzas no es correcto. Quien afirme que con su “terapia” puede ayudar a superar la “atracción homosexual” debe probarlo científicamente.

Los resultados de las investigaciones científicas muestran la ineficacia de las llamadas medicinas alternativas (homeopatía, acupuntura, quiropráctica, reflexología, flores de Bach, etc.), sin embargo éstas no pierden popularidad o aceptación entre el público que las consume. De ahí que el escéptico Barry L. Beyerstein escribiera el artículo “¿Por qué las falsas terapias parecen dar resultados?”.

Nos recuerda que: “Antes de que alguien acepte tomar cualquier tipo de tratamiento, deberá estar seguro de que ha sido validado con pruebas clínicas propiamente controladas. Para reducir las probabilidades de que la evidencia haya sido contaminada por prejuicios y errores, los consumidores deberán insistir que la evidencia aparezca en publicaciones científicas confiables. Cualquier practicante que no pueda respaldarse con estos procedimientos se hace inmediatamente sospechoso. Los clientes potenciales deben estar alertas si la 'evidencia' consiste en puros testimonios, panfletos o libros autopublicados o bien artículos en los medios populares. Aun si los artículos parezcan venir de publicaciones científicas legítimas, los consumidores deben revisar si las publicaciones en cuestión son de organizaciones científicas con buena reputación.”

En el caso de la “terapia” de “desarrollo de la heterosexualidad genética” ¿hay más evidencia que los testimonios de quienes supuestamente pasaron exitosamente por ésta? Por ahora dejemos de lado la legitimidad científica o psicológica de términos como “heterosexualidad genética” o “desarrollo de la heterosexualidad”, centrémonos solamente en las evidencias de que la terapia funciona.

Veamos una de las diez razones que enumera Barry L. Beyerstein para explicar el aparente éxito de las “terapias alternativas”, ya que podría explicar en parte el aparente éxito de la “terapia de desarrollo de la heterosexualidad genética” (ojo: no digo que no funcione, pregunto si hay más evidencia que los testimonios y, en caso de no haber esa evidencia adicional, el supuesto éxito podría explicarse por otras causas):

“Distorsión psicológica de la realidad. La distorsión de la realidad al servicio de una fuerte creencia es algo común (Alcock 1995). Aún cuando no derivan en mejoras objetivas, los devotos que tienen una fuerte inversión psicológica en la medicina alternativa pueden convencerse de que sí fueron ayudados, según la teoría de la disonancia cognitiva (Festinger 1957). Cuando las experiencias contradicen actitudes, sentimientos o conocimientos existentes, se produce la incomodidad mental. Tendemos a aligerar esta discordia reinterpretando la información ofensiva. El no recibir ningún alivio después de gastar tiempo, dinero y esfuerzo en un tratamiento alterno, crearía un estado de desarmonía interna. Sería psicológicamente desconcertante admitir uno o ante los demás que todo fue un desperdicio, habría una fuerte presión psicológica para encontrar algún valor salvable del tratamiento. Una sensación ilusoria de que los síntomas han mejorado podría también deberse al número de las llamadas características demandadas encontradas en cualquier plano terapéutico. En todas las sociedades, existe la ‘norma de reciprocidad’, una regla implícita que obliga a la gente a responder amablemente cuando alguien es amable con uno. Los terapeutas, casi siempre, sinceramente creen que están ayudando a sus pacientes y es natural que los pacientes quieran complacerlos a cambio. Sin que los pacientes necesariamente se den cuenta, tales obligaciones son suficientes para inflar su percepción de cuánto beneficio han recibido. Por esto se deben colocar controles de los efectos de complacencia en las pruebas clínicas (Adair 1973).”

Quien decide entrar a una terapia para superar la “atracción homosexual” puede estar altamente motivado para tener éxito, pero al encontrarse con que no está obteniendo los resultados deseados podría caer en las situaciones anteriormente vistas. Ha gastado tiempo, dinero y esfuerzo; posiblemente se encuentre presionado familiar y socialmente para lograr la meta u objetivo; puede querer complacer al amable terapeuta que le ofrece la solución a sus problemas, etc. Puede haber entonces también una fuerte motivación para mentir o mentirse a sí mismo. La sospecha de que así suceda hace necesario que se presenten más evidencias que los meros testimonios.

El mismo Barry L. Beyerstein dice: “Por las razones que he presentado, los testimonios individuales no ayudan en la evaluación de terapias… es esencial que cualquier tratamiento se pruebe bajo condiciones que controlen las respuestas del placebo, efectos de complicidad del enfermo y errores de juicio.”

¿Hay más evidencia para la “terapia” de “desarrollo de la heterosexualidad genética” que los testimonios? En caso afirmativo, ¿en qué consiste dicha evidencia?, ¿qué tipo de experimentos o investigaciones se hicieron? Por ejemplo, ¿Se ha intentado probar la reacción fisiológica ante estímulos homoeróticos de quienes dicen haber superado la atracción homosexual?

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